En cada dependencia del Estado municipal habrá al menos una persona que pueda comunicarse por lengua de señas.
En la sesión del pasado 27 de mayo se votó por unanimidad la ordenanza que instituye la capacitación obligatoria en la temática integral de Derechos Humanos y discapacidad, norma vinculante para todas las personas que se desempeñen en el ámbito público municipal en todas sus funciones y jerarquías, en forma permanente o transitoria, ya sea por cargo electivo, designación directa, por concurso o cualquier otro medio legal, referido a los poderes Ejecutivo y Legislativo. Esta iniciativa pasa a formar parte del programa "Tandil, ciudad Libre de discriminación" instituido por la Ordenanza 11.829.
En palabras de su impulsor, Luciano Grasso, “contribuye en la construcción de una política de Estado en materia de derechos de las personas con discapacidad, junto a la ordenanza de fomento a las organizaciones de discapacidad”.
De acuerdo a lo consignado en el texto votado por todos los bloques políticos, los agentes alcanzados deberán realizar las capacitaciones en el modo y forma que establezca la respectiva autoridad de aplicación. Estas se realizarán por etapas y de manera paulatina y progresiva, debiéndose priorizar a los agentes que desempeñen sus tareas en atención a las personas.
Además, el estado Municipal se obliga por esta norma a garantizar que en cada dependencia en la que se brinda atención al público haya al menos una persona capacitada en lengua de señas.
El núcleo de esta ordenanza –que se presenta como un motor de cambio- reconoce que a diario existen innumerables situaciones en las que se restringen los derechos de las personas con discapacidad. “En esas situaciones, muchas veces sostenemos las barreras que impiden su plena inclusión social. Cuando no miramos a la persona con discapacidad y nos dirigimos a su acompañante o a la persona que está cumpliendo la tarea de apoyo, cuando no sabemos comunicarnos con quien lo hace con lenguaje de señas, cuando no percibimos que alguien no puede llegar a nosotros por su discapacidad motriz, entre otras tantas escenas de la vida cotidiana. Sin dudas tenemos que cambiar esto”, reflexionó Grasso.
Si bien restan por implementarse políticas de esta naturaleza, no es menos cierto que Tandil viene dando pasos firmes y concretos. Además de la presenta norma y el programa marco “Tandil, ciudad Libre de discriminación”, recientemente se sancionó la Ordenanza 16.463 que aplica la Ley Micaela, de capacitación obligatoria en género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado, con su modificatoria Ordenanza 16.957.
Junto con la ampliación de la infraestructura, como rampas para sillas de ruedas, la capacitación de todos aquellos que cumplen funciones en el Estado en estos temas es una herramienta efectiva para construir una sociedad más equitativa, donde la participación sea plena y efectiva.
“Tenemos que comprometernos a aceptar la diversidad, entender que todos tenemos los mismos derechos y aceptar también que hay personas que necesitan apoyos y acompañamientos, no sólo del Estado, sino también del resto de los integrantes de la sociedad, para tener esos derechos garantizados. Ese ‘resto de la sociedad’ al que me refiero –aclaró el concejal- no es una definición genérica o lejana, somos vos, yo, la empleada del banco, el verdulero, la médica, el mozo del bar. Se trata de conocer la realidad para luego transformarla y, en ese proceso, transformarnos nosotros”.