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Pérez Esquivel: “Argentina puede ser un país fantástico si dejamos de manejarlo a los manotazos”

Tandil, 27 de Octubre de 2008

Visitó el Concejo Deliberante

El arquitecto Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, visitó este viernes el Concejo Deliberante , acompañado por su esposa Amanda y por el secretario de Desarrollo Social del Municipio, Julio Elichiribehety.

Fue recibido por el presidente del Parlamento, Dr. Juan Pablo Frolik, autoridades del cuerpo legislativo, algunos concejales y personal administrativo de Secretaría de la Presidencia; también participó del encuentro el rector de la Universidad Nacional del Centro, ingeniero Marcelo Spina. Con todos ellos, Pérez Esquivel compartió una charla de casi 40 minutos.

Reveló que durante su breve estadía en la ciudad se hizo el tiempo para visitar paseos de interés turístico: “Ahora venimos de ver al Quijote (la escultura emplazada en Villa del Lago) y antes estuvimos en otros paseos, es notable el orden y la limpieza en esta ciudad, me asombra su crecimiento”, declaró.

Sobre la actualidad nacional, el histórico militante de Derechos Humanos opinó que “estamos frente a grandes desafíos y desde cada lugar hay que tratar de unir, pero lamentablemente, donde se reúnen dos argentinos forman tres partidos políticos. Hay que buscar los consensos para que el país funcione, porque tenemos bastantes dificultades y una crisis internacional desatada que nos obliga a mirar hacia adentro, a potenciar nuestros recursos y no quedar dependientes de otras economías”.

No faltó su mirada crítica hacia el gobierno nacional, que desató polémicas a partir de una carta enviada a la presidenta de la nación y publicada por el diario Crítica de la Argentina: “Los avances en cuanto a los juicios contra los represores y ese tipo de medidas cuentan con todo mi apoyo, pero llamo la atención del gobierno, no para ofender, sino para que corrija algunas cosas, fundamentalmente las políticas sociales”.

Agregó que Argentina “es un país conflictivo, surrealista, pero se va avanzando en una construcción democrática que exige mucho esfuerzo y que nos va a llevar tiempo, porque estamos aprendiendo”.

Destacó como uno de los más graves errores de los argentinos que “el punto de partida siempre son nuestras diferencias, en vez de tomar como referencia aquello que nos une”.


La crisis global

Cuando le pidieron un análisis sobre el contexto mundial, en medio de la crisis de los mercados financieros, anunció: “Justamente estoy escribiendo un artículo, veré si puedo terminarlo cuando llegue a Buenos Aires; se llama De la economía de la nada al reviente de todos”.

Tras la contundente definición, se explayó en su significado: “El 80 por ciento de la economía mundial es especulativa, no es economía real, es una acción sicológica que se ha disparado, provocada, y que ha llevado a esta crisis”.

Precisamente eso dejó por escrito en un documento de seis páginas que le entregó al candidato demócrata Barack Obama en una reciente visita a Estados Unidos, donde asistió a una reunión de personas distinguidas con el Premio Nobel.

“Bush necesitaba de la guerra en Iraq y Afganistán, para poner en funcionamiento el complejo industrial militar, porque la economía de Estados Unidos iba en baja; pero no calculó que esas guerras iban a generarle una demanda de fondos mucho mayor a lo previsto”.

Y recordó que, de acuerdo a datos publicados por Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, “en Estados Unidos hay 54 millones de personas en situación de pobreza y 32 millones de analfabetos, es obvio que no era la economía dorada que nos querían vender”.

Opinó que, de momento, no hay posibilidad de salir de esta coyuntura porque Argentina, en tanto país latinoamericano, es dependiente de las naciones que dirigen la economía del mundo.

Un intento, por ahora inconcluso, es el Banco del Sud, pensado para asistir a las naciones del tercer mundo con su propio dinero y evitando recurrir a los organismos internacionales de crédito.

Sobre la génesis de esa idea de los líderes latinoamericanos contó una anécdota que involucra a Hugo Chávez y Fidel Castro.

“En marzo llegó a Buenos Aires el presidente venezolano, yo lo tenía que presentar y después de esperarlo dos horas, porque siempre llega tarde, se puso a cantar. Cuando finalizó, nos dijo que había estado con el líder cubano y este le había preguntado: Hugo, ¿sabes cuánto dinero tiene Venezuela en los bancos de Estados Unidos y Europa?”

Como el bolivariano respondió que no sabía, Fidel le dijo “toma, estudialo y después vuelve”.

Ese fue el embrión del Banco del Sur, porque así Chávez se percató de la enorme cantidad de dinero que su país tiene en los bancos del exterior, a los que luego debe pedirle créditos y pagar interés.

“Cuando volvió a reunirse con Fidel, nació la idea de armar un banco latinoamericano, pero sobre la base de la economía real y no especulativa, para poder hacer frente, por ejemplo, a estas crisis de las grandes potencias”, señaló el Premio Nobel.


La Deuda Externa

Aunque el tema parece haber resignado posiciones en la agenda pública, el arquitecto sigue preguntándose “¿por qué tenemos que pagar una deuda inmoral e injusta?”

Y recordó, con críticas a los dirigentes políticos, que “el expediente por el juicio de Alejandro Olmos, enviado por el Juez Ballesteros al Congreso y que permite estudiar la legitimidad de la deuda, duerme desde hace 9 años y no investigan qué es legítimo y qué no lo es, pero seguimos pagando, es una conducta suicida pagar miles de millones de dólares contraídos como deuda por la dictadura, y el Club de París es una de las entidades que le prestó dinero a los dictadores para sus políticas”.

En otro orden, criticó a “los productores sojeros que devastan la tierra y sacan todo el capital del país”.

Tampoco ahorró críticas para quienes explotan la minería con idéntica relación entre destrucción del recurso no renovable y traslado de capitales al exterior. Sobre el tema, recordó que “cuando fue el levantamiento del pueblo de Esquel viajé a Canadá y me entrevisté con las autoridades para que revieran su política y dieran marcha atrás con la instalación de la mina. Me respondieron que las políticas que había que revertir eran las de nuestro país, que permiten ese nivel de explotación minera. La Ley de Minería argentina permite que se lleven el 97 % y aquí dejen contaminación y destrucción de los recursos naturales”.

Sobre estos temas estratégicos hizo un llamamiento a “todos los partidos políticos, que deben ponerse a estudiar a fondo para que no devasten la Argentina y podamos ir hacia un desarrollo integral del país”.

Por último, dejó una reflexión sobre la educación universitaria y el rol de los graduados en el desarrollo del país.

“Nuestros egresados se van y exportamos gratis el conocimiento, mientras que Noruega, Suecia y Finlandia, becan a los estudiantes pero deben estar como mínimo dos años, en puestos de trabajo asignados por el Estado, para devolverle a su país lo que recibieron. Sobre esto hay políticas nacionales en el marco de un proyecto de país. En Estados Unidos y algunos lugares de Europa hay universidades maravillosas, pero las más baratas cuestan 40 mil dólares por año. Aquí es gratis”.

Cerrando con optimismo, diagnosticó: “Este es un país maravilloso y nos puede ir fantástico en poco tiempo, siempre y cuando desarrollemos un proyecto y dejemos de manejarlo a los manotazos”.