El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, suspendió la visita a esta ciudad que tenía prevista para el próximo lunes. En su agenda se destacaba la celebración en su honor de una Sesión Especial del Concejo Deliberante.

El presidente de la Legislatura, Dr. Marcos Nicolini, reveló que “se había invitado a los integrantes del Concejo Deliberante de los Jóvenes, pues nos hubiera gustado darles la posibilidad de interactuar con este emblema viviente mundial de la lucha por los Derechos Humanos”.

“Lamentablemente nos comunicaron que tuvo un problema de salud y suspendió todas las actividades que tenía programadas”, completó el concejal por la UCR.

Adolfo Pérez Esquivel nació en Buenos Aires en 1931. Tras formarse como arquitecto y escultor fue nombrado profesor de arquitectura. En 1974 renunció a su puesto para dedicar todo su tiempo y energía al trabajo de coordinar las actividades de los diversos grupos contra la violencia en Latinoamérica. Fue en una conferencia en Montevideo en 1968 cuando se tomó la decisión de formar una organización conjunta que incluyera a todos esos grupos. Y en una conferencia en 1974 se decidió dar a la organización una forma más permanente y Pérez Esquivel fue designado Secretario General.

Dos años más tarde inició una campaña internacional tendiente a persuadir a las Naciones Unidas a establecer una Comisión de Derechos Humanos y en conexión con ese hecho se redactó un documento registrando violaciones a los DD.HH en América Latina.

En la primavera de 1977 Pérez Esquivel fue encarcelado sin causa aparente. En mayo de 1978 fue liberado, pero con la obligación de reportarse a la policía y se le impusieron diversas restricciones.

Al momento de recibir el Premio Nobel era líder de “Servicio, Paz y Justicia” (Serpaj), organización basada en una visión cristiana de la vida y con fuertes vínculos por ese entonces con el clero y con obispos críticos de las condiciones de la época en Latinoamérica. La tarea principal de ese movimiento es promover el respeto por los DD.HH., incluyendo los derechos sociales y los económicos.

A pesar de la oposición que ha encontrado en su lucha, Pérez Esquivel insiste en que se deben emplear únicamente medios no violentos para lograr el respeto universal por los Derechos Humanos.