Ante el conflicto desatado en la ciudad de Famatina por la explotación minera a cielo abierto en el cerro “General Belgrano”, desde el Concejo Deliberante se avanza en la sanción de un proyecto que representará no solo una protesta formal, sino también una iniciativa que pretende contagiar a los demás concejos deliberantes de la Provincia de Buenos Aires.

La idea es alzar la voz desde Tandil y que lo hagan todos los municipios para darle más fuerza al reclamo por el cese del proyecto de minería a cielo abierto que conmueve al país y tiene en vilo a los pobladores de Famatina y los alrededores.

"Es un tema de tal magnitud que trasciende La Rioja, todo el país está observando expectante y tenemos que dar señales claras en este debate", señaló el Ing. Atilio Magnasco, titular del bloque de la Unión Cívica Radical.

Sus pares de bancada coincidieron en destacar que los propios riojanos promocionan a Famatina como una ciudad caracterizada por la actividad agrícola y turística. El valle de Famatina y el "nevado de Famatina" -como llaman al cerro General Belgrano- son puntos destacados del mapa turístico riojano.

Precisamente en ese pueblo de árida belleza, ante la inmensidad de la Cordillera de los Andes, un pueblo de 6500 habitantes se rebeló ante la amenaza de devastación de los elementos naturales. El contrato firmado entre el gobierno de la provincia de La Rioja y la empresa canadiense Osisko Mining Corporation es claro en cuanto a las ganacias previstas (25 mil millones de dólares en 30 años); pero la letra chica parece indicar el seguro certificado de defunción del medio ambiente circundante.

"Es que las explotaciones a cielo abierto para extraer oro, como el caso de Famatina, utilizan cianuro, lisa y llanamente, un veneno que provoca daños irreversibles en el medio ambiente y en las personas", enfatizó Magnasco.

Por otra parte, la dinámica de la actividad lleva implícita la desertificación y deforestación gradual del paisaje.

"Habrá consecuencias terribles para la flora y la fauna y es pavoroso pensar en las secuelas para las generaciones futuras", se lamentó.

Sobre este último punto en concreto, es de temer que el drenaje del ácido lixiviado que se utiliza para extraer el oro de la roca acabe contaminando las napas, convirtiendo el agua en veneno.

Mirando al futuro surge claramente que el oro es un recurso no renovable, porque su explotación presupone el agotamiento. Y cuando una mina a cielo abierto no tiene más vida útil sólo le queda como destino convertirse en depósito de residuos.        

"Los argumentos en contra son varios y de mucho peso, el proyecto de explotación minera en Famatina es negativo por donde se lo mire", apuntó el edil. "Es un ataque directo al medio ambiente, pero también provoca un menoscabo social y cultural para la gente de la zona".

LA RESPONSABILIDAD POLÍTICA

Magnasco, quien preside la Comisión de Producción, Trabajo y Medio Ambiente, puso en relieve la lucha del Municipio de Tandil en defensa de las sierras: "Entre todos logramos la sanción de la Ley de Paisaje Protegido, costó tiempo y esfuerzo, pero sabemos que la única lucha que se pierde es la que se abandona y por eso estamos junto a los compatriotas de Famatina".

"En Tandil tenemos el caso de una ciudad que pelea junto a sus dirigentes por el medio ambiente; el gobernador de La Rioja debería tomar nota y ponerse del lado correcto", lanzó Magnasco.

El concejal se refirió así al giro copernicano dado en materia de minería en la provincia regida por el Dr. Luis Beder Herrera, donde en setiembre de 2008 se derogaron las leyes que prohibían la minería a cielo abierto.

"Derogaron las leyes que, además de legitimidad política tenían el aval de una consulta popular a los habitantes de Famatina y Chilecito; ahora impulsan la minería a cielo abierto, eso no es gobernar, eso es atentar contra la salud y la vida de los pobladores de la región", puntualizó Magnasco.